En los programas educativos de algunos países se han incluido pautas que enseñan a los niños desde pequeños a reconocer y a evitar el abuso sexual y se ha comprobado que dichas pautas han contribuido a disminuirlos. En el siguiente artículo, exponemos brevemente en qué consisten.
Sabemos que la mayoría de los abusos sexuales y de las violaciones a menores son cometidas por personas conocidas, ya sea del propio entorno o de la familia y que por lo general, actúan con ciertas estrategias que podemos reconocer y estar preparados para prevenir.
A partir de estas evidencias, en los programas antes mencionados, se propone que los adultos responsables de los niños y niñas conversen con ellos en pequeños grupos, o en forma individual o les cuenten y comenten cuentos relacionados con esta temática, según sea el momento más oportuno. De este modo, ellos tendrán un mayor acercamiento con la educadora y se sentirán libres de realizar las preguntas que les preocupan. Para que esto ocurra, es fundamental que los niños tengan una autoestima positiva, se sientan seguros, queridos, confiados y aceptados.
A través de esos programas se pretende, básicamente, que los niños sean capaces de:
- Identificar señales de alarma.
- Discriminar entre diversas conductas (etiquetadas como buenas, malas, confusas).
- Potenciar su derecho a rechazar contactos no deseados.
- Pedir ayuda a adultos de confianza.
- Evitar el compromiso de guardar secretos.
- Evitar los sentimientos de culpa si han sido víctimas de abusos.
Con el fin de que los niños puedan prevenir el abuso sexual, es fundamental enseñarles a:
- Tomar conciencia de que el cuerpo es propio de cada uno. Cada persona tiene un cuerpo, que es suyo y de nadie más y cada uno es responsable de cuidarlo y hacer que lo respeten. Nadie lo puede ni debe tocar si uno no quiere.
- Identificar cuáles son las partes íntimas o privadas de su cuerpo que ninguna persona debe tocar, salvo la mamá o el papá cuando lo baña o el médico cuando lo está examinando. Es necesario que los niños aprendan a nombrar las partes privadas de su cuerpo en forma correcta (pene, vagina, etc.), para que puedan expresarse con mayor precisión cuando deseen preguntar o contar alguna situación que los perturba.
- Decir NO ante situaciones que les disgusten o les hagan daño a ellos o a otros. Los niños deben aprender que ellos no están al servicio de los adultos o de niños mayores y que pueden y deben decirles que NO cuando les piden que hagan cosas con sus cuerpos que a ellos les desagradan, los incomodan o ponen nerviosos. Es importante explicar a los niños que también es correcto “decir no” a un pariente cercano, a familiares y a los amigos de la familia. Que no necesariamente porque sea un adulto o familiar, los niños tienen que obedecer en todo lo que les piden. Se sugiere practicar con los niños diferentes formas de decir NO frente a diversas situaciones.
- Comprender qué es el abuso sexual infantil. Apenas el niño o la niña entienda lo que se le dice, explíquele que si bien la gran mayoría de las personas que los rodean los aman y desean protegerlos, hay algunos adultos que pueden querer “jugar” con sus partes íntimas y luego pedirles que no se lo cuenten a nadie porque es un secreto entre los dos. Es necesario hablar con precisión sobre la sexualidad y el abuso sexual. Hay padres o madres que piensan que hablar sobre ese tema puede desatar temores en sus hijos o impedir un sano desarrollo sexual. Al contrario, hablar sobre el tema facilita que no sean víctimas de abuso sexual.
- Diferenciar secretos buenos de secretos malos. Generalmente, a los cuatro o cinco años, los niños ya comienzan a comprender las conductas de “guardar secretos” por lo cual, es muy importante que puedan distinguir que hay distintos tipos de secretos. Explíqueles que los secretos buenos se refieren a actitudes de las personas que no hacen daño y por lo tanto, se pueden guardar, como por ejemplo, si el papá les cuenta que quiere hacerle un regalo a la mamá de sorpresa, y les pide que no se lo cuenten a nadie. En cambio, los secretos malos no se deben guardar porque se refieren a actitudes que hacen daño, implican algún peligro o molestan y, generalmente, se hacen bajo amenazas, como por ejemplo, si una persona les pide que les muestre sus partes privadas y que no se lo digan a nadie porque los van a castigar o nadie les va a creer. Para que aprendan a distinguirlos, invítelos a que den ejemplos de secretos buenos y de secretos malos y expliquen por qué en cada caso. Acláreles que si alguien los toca, lastima o les pide que les muestren sus partes íntimas, tanto como si alguien les pide que ellos miren o toquen las partes íntimas de otros, deben contarlo a algún adulto de su confianza, ya sea al papá, la mamá u otro y nunca guardar estas actitudes como secreto.
- Identificar a adultos en quienes confiar. Los niños necesitan saber que hay adultos en quienes pueden confiar. A veces, ellos se pueden sentir temerosos de contarles a sus padres algo que les ha sucedido y este miedo puede ser reforzado por el abusador. Ayude a los niños a darse cuenta que también hay otros adultos a los cuales pueden recurrir en caso de necesidad, que les creerán y estarán dispuestos a protegerlos y cuidarlos. Pregúnteles quiénes son las personas de confianza a las cuales podrían acudir para pedirles ayuda y contarles lo que les está sucediendo.
- Aceptar que en una situación de abuso, ellos nunca son culpables. En el abuso sexual, el abusador hace sentir al niño que él está accediendo a lo que hacen y que también es responsable. El niño así lo cree y se siente culpable. Se debe dejar claro a los niños que ellos nunca tienen la culpa de las acciones del abusador. Explíqueles que solo el abusador es culpable, que utiliza la mentira, las amenazas, el chantaje y los sobornos para que sientan miedo, vergüenza y culpa por lo sucedido.
- Reconocer sus derechos. Si desde muy pequeño los niños conocen sus derechos, es más probable que no permitan que nadie abuse de ellos.
Referencias
Programa de prevención del maltrato y el abuso sexual infantil: “Grita muy fuerte”, en www.asociacionrana.org/
Sugerencias para prevenir el abuso sexual hacia niños y niñas, en www.unicef.org