Jugar en familia, sin otras distracciones, potencia en los niños la capacidad de desarrollar la concentración.
¿Ha notado alguna vez que sus hijos, nietos o sobrinos suelen ignorar cuando se les está hablando? o acaso, ¿presenta dificultades al hacer sus tareas?
Es probable que no tengan muy desarrollada la atención o quizá existan factores externos que complican el hacer un buen uso de ella.
“La atención se puede estimular y desarrollar desde que son pequeños”.
Los niños desde que nacen tienen la capacidad de prestar atención. De hecho, cuando son bebés mantienen una atención plena. Son capaces de centrarse en lo que quieren y necesitan, sin despistarse tanto con otros estímulos.
Sin embargo, la capacidad de atención está directamente relacionada con la cantidad de objetivos que se les exige a los niños en cada una de las tareas que deben realizar.
En este punto, los adultos tenemos una responsabilidad muy grande, ya que somos quienes marcamos esas metas.
Esta actitud de búsqueda de objetivos y metas consigue que se centren más en los objetivos y, no tanto, en la tarea en sí. Esto, además, de provocar la pérdida de la atención plena hacia la tarea, genera dispersión y puede suponer un riesgo importante.
¿Qué pasa si no se consiguen las metas o resultados esperados? Aparece la frustración y desmotivación.
Por este motivo, es importante resaltar que la mayoría de los niños, nacen con una capacidad de atención positiva y que, en función de cómo planteemos sus estímulos y objetivos, esta capacidad puede dispersarse o desarrollarse más.
A continuación, desde Tiendita de Aula Editores, le entregamos algunas recomendaciones para ayudar a los niños a desarrollar su capacidad de atención:
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Enseñar a los niños a realizar las tareas sin buscar un objetivo determinado
Se trata de que disfruten de la propia tarea en sí y perciban sus beneficios. Tal y como hemos visto, no es positivo enseñar a los niños a realizar actividades para lograr metas con presión. Es importante que sepan disfrutar de lo que hacen sin necesidad de esperar nada a cambio.
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Controlar el exceso de estímulos, especialmente, de pantallas
Los niños están expuestos constantemente a numerosas pantallas y generan infinidad de estímulos rápidos y muy ricos a nivel visual. Pero esta rapidez y cambio de estímulo provoca una actividad constante del cerebro. Esto le impide poder relajar la mente y estar calmados.
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Evitar distractores cuando realizamos las tareas
Con independencia del tipo de tarea o actividad que se esté realizando, hay que potenciar y trabajar la capacidad de estar haciendo esa tarea y no varias cosas a la vez.
Esto es algo que hay que educar desde que son muy pequeños. Por ejemplo, el hecho de comer mientras ven la televisión no facilita la atención consciente en la comida.
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Aprovechar el juego para estimular la atención